El tratado de de Fontainebleau
A finales del siglo XVIII, la
política de alianzas española cambió. Antes del advenimiento de la Revolución
francesa, su aliado tradicional había sido Francia por puros vínculos
dinásticos. Los cambios políticos en Francia provocaron la ruptura de las
buenas relaciones con el gobierno revolucionario, durante el cual España optó
por aliarse con Inglaterra, previamente enemiga en el ámbito colonial, en el
que Inglaterra quería ganar más influencia en detrimento de la potencia peninsular.
Sin embargo, esta situación no se
alargó demasiado. Manuel Godoy, el favorito del rey Carlos IV y el hombre que
verdaderamente estaba al frente de la política española, estaba preocupado por
los ataques que estaba recibiendo de su supuesta aliada en las Américas. Por
otra parte, el Directorio estaba interesado en aprovechar los recursos navales
españoles. Esto desembocó en el Tratado de San Ildefonso, firmado el 18 de
agosto de 1796, en el que España abandonó los intereses dinásticos por los geográficos
y se alió con la Francia de Napoleón, ya que tener un enemigo al norte de los
Pirineos representaba un peligro constante.
La situación de Godoy dentro de
España iba empeorando con el tiempo, con un creciente desprestigio avivado en
buena parte por el infante Fernando y sus partidarios. Durante este período el
favorito, inquieto también por la situación internacional, y viendo el nefasto
resultado de la batalla de Trafalgar, en la que la flota española fue perdida,
llamó el país a las armas sin decir para qué. Tras varias victorias
napoleónicas, Godoy abandonó la desconfianza abierta y volvió al servilismo
ante Napoleón, pero éste le exigió ciertas condiciones: el envío de 15.000
hombres a Hannover y la incorporación al bloqueo continental que el gobierno
francés estaba realizando a Inglaterra. Napoleón creyó que Portugal seguiría la
misma línea que su país vecino, pero cuando fue evidente que esto no sería así
decidió actuar.
- Godoy retratado por Agustín Esteve.
Con estos antecedentes llegamos
al 27 de agosto de 1807, día en que Francia y España firmaron el Tratado de
Fontainebleau. Según acordaron, España permitiría el paso de las tropas
francesas a través de su territorio para atacar Portugal, que una vez
conquistado sería dividido en tres partes: el Reino de Lusitania al norte, con
capital en Oporto, que sería entregado a los reyes de Etruria; de la parte
centro, todos los territorios ocupados por los ingleses pasarían a manos
españolas, y el resto, más Algarbe y Alentejo formarían un nuevo reino para
Godoy.
A la vez que este tratado era
firmado, en el Escorial se descubría una conspiración de Fernando para derrocar
a Godoy, pero los acusados acabaron siendo absueltos por falta de pruebas.
Ocupación de España por las tropas francesas.
El 17 de octubre de ese mismo
año, siguiendo el plan previsto, el general Junot entra en España acompañado de
40.000 hombres, y en una rápida campaña que se desarrolló del 19 al 30 de
noviembre, toma el control de Lisboa. Sin embargo, las tropas francesas no
dejaron de entrar en territorio español, sin saberse muy bien de dónde venían,
con la excusa de proteger en Cádiz los restos de la flota derrotada en
Trafalgar. Cuando Murat y sus hombres comenzaron a avanzar hacia Madrid y ante
el peligro inminente, Godoy decide trasladar la corte a Aranjuez para poder
huir desde el sur hacia América si la situación se complicaba.
Fernando aprovechó las
circunstancias para acusar al favorito de traición y querer usurpar el poder
real. Se produce el famoso motín de Aranjuez la noche del 17 al 18 de marzo,
que tuvo como resultado la destitución de Godoy por Carlos IV. Pero el
agitamiento en las calles continúa, y tras extenderse el rumor de que Godoy iba
a huir a Granada, el pueblo exige la abdicación del monarca, que no tiene más
remedio que darle la corona a su hijo, Fernando VII.
- Carga de los mamelucos, Francisco de Goya
El día 23, un día antes que el Príncipe
Fernando fuera coronado Fernando VII, las tropas de Murat llegaron a Madrid.
Éste, se negó a reconocer al nuevo rey como monarca legítimo y puso a Godoy,
Carlos IV y toda su familia bajo su protección. Entonces Carlos decidió
declarar nula su abdicación, y con la excusa de mediar en el conflicto
sucesorio, Napoleón trató de hacer que tanto padre como hijo fueran a Bayona,
en territorio francés.
Contra todo sentido común, ambos
accedieron a realizar el viaje. Carlos, cegado por el resentimiento ante la
traición de su hijo, acaba por ceder sus derechos sobre la corona los
Bonaparte, y unos días después Fernando devolvió los suyos a su padre,
realizándose así un traspaso de poder completo a Napoleón, que le adjudicó la
corona de España a su hermano José.
CRISTINA
Corella Fuente, Historiadora
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